Cada año todos y cada uno de nosotros esperamos con ansia un día en especifico para recordar la fecha en la que nos subimos a esta montaña rusa llamada vida. Un día en el cual nos sentimos especiales, mimados, las personas recuerdan que existimos y que en el fondo nos tienen algún tipo de aprecio; hasta ahí, todos lo tenemos claro,pero ¿que pasa después de ese día?,es como si se regresara de una dimensión desconocida y eso jamas hubiera sucedido, se pierde la magia y como la cenicienta dejamos de ser realeza y volvemos a ser calabaza, o mejor dicho invisibles.
¿sera que todo esto del cumpleaños esta sobre valorado?...Un ritual enmarcado por una premonición de un día especial, donde usaremos la mejor ropa, comeremos nuestra comida favorita,estaremos con una sonrisa de placer casi macabra en el rostro y podemos divisar que se avecina una tormenta de saludos, buenos deseos, cantidades empalagosas de cariño y mermelada por doquier, incluso de parte de personas que ni recordabas que existían, y no por un acto de ego o algo parecido, sino mas bien,porque estas personas no suelen regalarte ni un saludo en días, meses o hasta años.
Todo el amor desbordado hacia una persona se disipa, se acaban las felicitaciones, los obsequios, los besos,abrazos van desapareciendo y de ese día en adelante retornas al anonimato, seras uno más de los que estarán haciendo sentir a otros especiales en sus respectivos días y luego serán ellos los que vuelven al anonimato y así sucesivamente, es decir no todos los días podrían ser dedicados a una misma persona... ¿o si?. Es el ciclo de los cumpleaños.
En fin de esto podríamos hablar horas y llenar paginas enteras dándole vueltas y vueltas al valor exagerado que le damos a fechas como estas, pero realmente no valdría mucho la pena... Basta decir que como ya he mencionado en ocasiones anteriores, no necesitamos de una excusa para hacerle saber al otro lo especial que es para nosotros y menos para sentirnos bien con nosotros mismos,
No se trata de no festejar en ese día en especifico, solo que de vez en cuando podríamos hacer lo del sombrerero loco, y celebrar diario a quienes son especiales en nuestra vida, también para celebrar nuestra propia existencia. De seguro sera mas reconfortante que la hipocresía y melosería exacerbada, y con certeza el vació de olvido en el pecho se difuminaría al otro día al despertar, porque ya no volveríamos a ser calabaza.... porque seria nuestro FELIZ, FELIZ NO CUMPLEAÑOS!...